El verdadero objetivo de escribir este artículo era al comienzo descubrir el secreto para ser más productiva en el trabajo durante mis vacaciones.
¿Cómo lo hice? Utilizando Brandwatch Analytics, pero descubrí que todos nos mentimos a nosotros mismos y a los demás sobre lo que realmente significa la productividad.
Un puñado de nada
Antes de ponerme a comprobar cuándo somos más productivos y qué es lo que nos hace serlo, eché un vistazo rápido a las épocas en las que es probable que no estemos haciendo demasiado.
Todos sabemos que, a medida que nos acercamos a diciembre o a otras festividades similares, nuestra productividad corre el riesgo de estancarse, aunque los meses más críticos son junio y julio. Supongo que estamos demasiado ocupados tomando aperitivos en la playa para dedicar atención a otras cosas.
Una mención especial debería ser para el domingo.
Pero según mis datos, y en contra de lo que puede parecer, descubrí que no es el día menos productivo (gana el viernes). A pesar de que sabemos que es el día de la resaca por excelencia.
Entonces, la pregunta es: ¿Cuándo somos más productivos?
Parece que normalmente es cuando comenzamos algo. El lunes, por ejemplo, es el día más productivo. Y luego está enero, ese mes en el que tratamos todo el rato de demostrar que vamos a cumplir nuestros propósitos de Año Nuevo, como mantenernos al día con nuestros emails. Según los datos, esos objetivos suelen desaparecer durante el verano.
Mujeres y hombres
Teniendo ya una idea sobre cuándo no estamos aportando demasiado a la sociedad y de cuándo sí lo estamos haciendo, ha llegado el momento de profundizar.
Al buscar menciones como “he sido productivo” o “he hecho muchas cosas” (y términos similares), no encontré nada demasiado impactante al principio.
Las mujeres tuitean más que los hombres sobre ser productivas (y con diferencia). ¿Significa esto que las mujeres son más productivas que los hombres? Probablemente no, solo es que ellas suelen ser más elocuentes. Tal vez las mujeres hablan de ser productivas porque aún existe la diferencia salarial entre géneros.
Al fijarme en las menciones descubrí un dilema. Todos se felicitan a si mismos por ser productivos, pero nadie dice exactamente qué es lo que les hace serlo.
Si hiciste tu cama y no lo tuiteaste, ¿pasó de verdad?
Seguía un poco confusa. ¿Qué había hecho toda esta gente para considerarse tan productiva? Para descubrirlo, eché un vistazo a la nube de temas por si podía encontrar más pistas. Y allí estaban:
“Casa”, “limpio”, “cama”, “lavandería”, “platos”, “comida”. La definición de productividad en las redes sociales parece relacionarse con algunas de estas tareas. No se trata de lo que ‘sacas’, sino de lo que guardas: tu ropa limpia.
Las personas sienten, en general, que son más productivas cuando no están en el trabajo. Durante las tardes y las horas que pasamos en casa nos sentimos más productivos. Es entonces cuando somos más propensos a alardear de lo que hemos limpiado, en vez de lo que hemos conseguido hacer en la oficina.
Las mentiras que decimos
Pretendía descubrir, a través de todo esto que dice la gente, el secreto para mantenerme productiva después de las 4 de la tarde. Sin embargo, descubrí algo menos revelador. Ni siquiera sabemos qué es la productividad. Otras veces, relacionamos la falta de productividad con las redes sociales:
La productividad es simplemente un efecto secundario de no tener acceso a las redes sociales o a nuestros teléfonos. Me alegro de que veamos los quehaceres domésticos como dignos de la etiqueta de “productividad”. Por lo menos, confiaremos más en nosotros mismos cuando los robots comiencen a hacer este tipo de trabajos.