“A todo el mundo le preocupa la desinformación política, pero no es mi principal foco de estudio”, explica Ania.
“Por un lado, creo que el trasfondo de la desinformación política es muy malicioso, ya existe la intención de engañar y eso me hace perder toda fe en la humanidad. Prefiero estudiar cosas que, según creo, se están convirtiendo en información errónea de forma involuntaria y podemos actuar para prevenirlas”.
“En la literatura académica, la gente hace una distinción entre“ disinformation ”y“ misinformation ”. La primera tiene la intención de ser engañosa. La segunda ocurre cuando le ha sucedido algo a esa información y el contenido se ha distorsionado.”
Ania se aproxima al problema desde una perspectiva estructural. Observa todo el proceso, desde la fuente original donde se origina la noticia hasta la difusión en medios, y dónde y por qué se ha distorsionado por el camino.
Idealmente, al encontrar los puntos que causan la mayor distorsión, se pueden tomar medidas y se puede prevenir o al menos minimizar la propagación de información errónea.
Este es un ejemplo del proceso de distribución:
Un artículo académico publicado se resume a menudo en un comunicado de prensa. Ese comunicado de prensa luego se distribuye entre los periodistas. Luego, los expertos de la información interpretan el comunicado y eligen si publicar o no una historia, o al menos un aspecto particular de la misma.
A menudo, otros bloggers interesados en el tema recogen la misma historia, y los artículos se empezarán a comentarse y compartir en línea a través de las redes sociales. La historia podría luego traducirse a diferentes idiomas y compartirse por todo el mundo.
En cada paso de este camino hay una oportunidad de que la información pase por algún nivel de filtrado o distorsión.
“Las personas que están tomando la información paso a paso tienen ciertas restricciones e incentivos, y en cada fase algo nuevo puede suceder con esa información. Es como un “teléfono escacharrado” que puede degenerar en un mensaje ridículo.”
Los tipos de titulares que pueden surgir del proceso resultan cómicos, en muchas ocasiones, pero Ania asegura que los resultados de estos procesos no son siempre divertidos.
“Pueden darse noticias graciosas, como la de ‘los pedos curan el cáncer’, pero a veces la vida de las personas puede verse realmente afectada. Por ejemplo, cuando ves cosas de actualidad como lo que está sucediendo ahora con el movimiento contra la vacunación”, dice Aria.
“Es el mismo proceso que el de la distorsión de la investigación científica. Quiero entender por qué pasa. Una vez que entiendes por qué se pueden buscar soluciones”.