La situación

Pacaraima, en la frontera con Venezuela, había aumentado su población un 10% en sólo un año: desde mediados de 2017, al menos 1200 venezolanos se habían instalado como indigentes en refugios provisionales, calles y playas de estacionamiento de la localidad. Eran parte de los 127 000 inmigrantes venezolanos que en ese mismo periodo -y casi siempre a pie- cruzaron la frontera norte de Brasil y continuaron luego su camino hacia el interior del país.

El 18 de agosto, sin embargo, estos 1200 migrantes fueron atacados por residentes locales:

Vinieron con botellas, con palos, gritando ¡Fuera…! Tuvimos que correr hacia las montañas con los niños mientras quemaban nuestras cosas, la comida, la ropa, los papeles, colchones, sábanas… Fue como una avalancha de personas con palos y machetes”, dijeron los inmigrantes.

Finalmente, debieron regresar a Venezuela. Desde ese día, el flujo de desplazados por esta frontera se redujo en un 50%.

Hacerse preguntas

Visto lo anterior, nos formulamos ciertas preguntas: ¿se pudo haber previsto este incidente? ¿Hasta qué punto las autoridades e instituciones de ayuda estaban al tanto? ¿Qué información manejan sobre otros puntos de conflicto fronterizo, en relación con la diáspora venezolana? ¿Están desarrollando una adecuada “Inteligencia Social”? ¿Saben cuánta gente está hablando “hoy” a través de las redes sociales sobre este tema? ¿Están al tanto del “contenido” de sus conversaciones diarias?

En este amplio y permanente campo de necesidad de captación de información, se aplican y desarrollan las herramientas de “Social Intelligence”, básicamente a partir de twitter y de los medios de comunicación digitales.

Su alcance y profundidad está fuera de duda. Lo que falta demostrar es si estas herramientas pueden aportar una ayuda clave para entender crisis humanitarias como la actual migración venezolana o como la migración de haitianos hacia nuestro país; si son útiles e incluso decisivas para clarificar los problemas, para congregar a las personas y entidades y para orientar las decisiones de los organismos competentes.

Si pueden construir puentes entre los que necesitan ayuda y los que pueden ayudar

Si aplicamos las herramientas de “Social Intelligence” -a nivel de Latinoamérica y a lo largo de un periodo extenso y continuo- detectamos datos relevantes.

Por ejemplo: desde agosto de 2017 a agosto de 2018 hubo un millón de conversaciones en las redes sociales, un 593% más que en el año anterior (183 000 menciones). A su vez, los “autores únicos” se cuadriplicaron -de 73 000 a 284 000-, y los países que más “hablaron” fueron Brasil y Colombia.

El caso de la frontera Brasil-Venezuela

Si nos enfocamos sólo en la frontera Brasil/Venezuela, vemos que las menciones sobre migración venezolana aumentaron desde 2000 (agosto de 2016-agosto de 2017) a 50 000 (agosto 2017-agosto 2018): un incremento explosivo del 2.220%; además, la cantidad de autores únicos subió de 600 a 16 000.

Es un dato muy significativo que, de las 50 000 conversaciones de ese periodo anual, 30 000 se produjeron después del incidente del 18 de agosto en Pacaraima.

El potencial de Twitter como alerta temprana

Si observamos el comportamiento atípico de las conversaciones en Twitter durante el día de los incidentes, nos encontramos con que el primer tuit fue a las 11:48 horas y decía:  “Los malucos de Pacaraima están prendiendo fuego a los venezolanos”.

Siguió luego una cantidad moderada de tuits hasta que, a las 14:00 horas, se produjo un incremento exponencial: entre 1000 y 1500 menciones por hora hasta bien entrada la noche.

Este aumento coincidió con la primera publicación hecha por un medio de comunicación (a las 14:13 horas):

Refugiados venezolanos son agredidos y expulsados de Roraima”. Al día siguiente, la noticia se transformó en temática internacional.

Tres horas más tarde aparece la primera noticia en medios y sólo 24 horas bastaron para que se transformara en una temática de interés internacional.

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Nos preguntamos de nuevo: si las instituciones competentes hubieran contado con más y mejor información, entre ellas las que aporta “Social Intelligence”, ¿hubieran previsto el incidente de Pacaraima, u otros similares? ¿ qué hubiese ocurrido con una alerta temprana?

¿Y qué pasó en las distintas fronteras?

Cabe señalar que las menciones fueron realizadas desde las fronteras de Chile/Perú y Chile/Argentina, pero esto no significa que no esté pasando nada. También el sector en Pacaraima permanecía “en silencio” hasta justo antes de los incidentes del 18 de agosto (aunque tuvo una alerta en febrero de 2018, que se reflejó en un moderado aumento de conversaciones de redes sociales: ocurrió cuando las autoridades estatales de Roraima cerraron por decisión propia la frontera con Venezuela, aunque, 24 horas después, debieron reabrirlas por imposición la autoridad central de Brasil).+

En cuanto a los contenidos de las conversaciones, en la frontera de Venezuela/Brasil se habló sobre todo de miedo (41%), discriminación (31%) y expulsión (15%), lo que obviamente refleja las condiciones que hoy enfrentan los migrantes que utilizan esta vía.

En cambio, en la frontera de Venezuela/Colombia se conversó mayoritariamente de pasaportes (57%) y de expulsión (17%), pues, al ser un país de paso hacia Ecuador y Perú, Colombia ha decidido implementar una serie de controles administrativos a los migrantes.

Si cuentas con más información puedes tomar mejores decisiones

¿Cómo ayudar a que los migrantes tomen decisiones mejores y más informadas, libres de fakenews, cuyo fin es crear expectativas a fin de desviar el destino de los migrantes hacia otras fronteras? Así ha ocurrido, por ejemplo, con las conversaciones en torno al VIH.

Hace un año, Venezuela suspendió la compra de antirretrovirales, obligando a muchos pacientes a buscar tratamiento en el extranjero. Al analizar las conversaciones de las redes sociales, se detectó la propagación de una noticia falsa: que Chile aseguraba esta terapia a todas las personas; lo que no decía era que la aseguraba sólo a quienes tenían una residencia definitiva en el país.

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Conclusiones

La disponibilidad online de información para ONGs y actores claves frente a la diáspora venezolana u otros grupos migratorios permitirá que las personas que tomen la decisión de migrar lo hagan de forma más informada y segura, conociendo las rutas y las organizaciones de apoyo.

Asimismo, el contar con un sistema de alertas tempranas vía Signals (sistema de alertas de Brandwatch), permitirá detectar personas desaparecidas o víctimas de algún crimen como la trata de personas, salvando vidas y facilitando la información a los organismos pertinentes.

“La posibilidad de contar con el apoyo de Brandwatch para utilizar el Social Intelligence nos permite anticiparnos a procesos que afectan a migrantes y desplazados, tanto en su país de origen como destino. La idea es crear un puente entre la gente que necesita y la gente que puede dar ayuda”. Ignacio Loyola, Director Ejecutivo de Interpreta.

Sigue nuestro próximo webinar con Interpreta para conocer más sobre cómo el Social Intelligence nos permite medir el impacto de una crisis social de cualquier tipo. Reserva tu plaza en el enlace a continuación: